Ser equitativos con hombres y mujeres en las organizaciones parece un reto, pero es muy importante tener acciones enfocadas a la equidad de género ya que esto brinda beneficios tanto a empleadores como a empleados.
El año pasado, en el marco de la 61 sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, figuras públicas llamaron a terminar con la brecha salarial que actualmente es del 23% a nivel global, por el mismo empleo. En promedio, por cada dólar que ganan los hombres, las mujeres ganan sólo 77 centavos. En algunos países la brecha es aún mayor. Por ejemplo, las mujeres en Suecia y Francia ganan 31% menos que los hombres. En Alemania esa diferencia es del 49% y en Turquía alcanza el 75%.
Si seguimos así, podrían pasar 70 años para poder cerrar esa brecha, advirtió ONU Mujeres, la cual presentó otra iniciativa para acabar con este problema: “23% es un robo es una campaña creada para generar más conciencia sobre la disparidad, llamar a la igualdad y fortalecer la equidad de género en el mercado laboral.
La falta de equidad en el ámbito del trabajo tiene una gran importancia en varios aspectos para la realización plena de las mujeres: menos salarios, más obligaciones, acoso, discriminación en el acceso al trabajo, impacto diferencial de las políticas de empleo y de la crisis económica, entre otras, sostienen la desigualdad y coartan la libertad de las mujeres de elegir qué hacer con sus vidas.
¿Por qué es importante saber todo esto? Los procesos judiciales, las atenciones médicas y psicológicas, los centros de atención a las víctimas, los presupuestos inyectados a las instituciones y proyectos son parte de los gastos del Estado para luchar contra la violencia y la inequidad de género. Pero este problema social también afecta, y económicamente, a su empresa y lo que ocurre dentro de esta.
Luis Isava, especialista en Programas de Oficina Regional de de ONU Mujeres, argumenta: “una mujer que es maltratada, que sufre violencia física y psicológica rinde menos en el trabajo, se ausenta porque tiene lesiones, porque requiere atención médica, porque está en la fiscalía poniendo una denuncia o dando seguimiento…” Lo que nos deja ver que todos estos problemas merman la productividad en el trabajo. “Para el sector privado la inequidad de género tiene un doble componente: más allá del tema de las pérdidas económica por la baja productividad, creemos que las empresas deben tener un papel más ético y responsable con la sociedad de asumir compromisos sobre la equidad de género”, apunta Isava. En la economía actual la equidad de género incluso puede ser un diferenciador estratégico para las empresas, más allá de sus beneficios culturales y de responsabilidad social.
Como vemos, favorecer la equidad de género es una necesidad que toda organización debe perpetuar, en SAP la promovemos con mucho orgullo, tan es así, que somos la la primera multinacional de tecnología que recibe certificación global de igualdad de género. Y usted, ¿qué está haciendo para fomentar la igualdad de género en su organización?